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Imágenes termográficas de las ventanas

Es fácil comprobar que las láminas funcionan porque en cuanto se instalan en una ventana todo el mundo nos dice que el calor que sentían desaparece. Y es que la mayoría de la gente no se explica como una “vulgar” película de plástico es capaz de conseguir unos resultados tan convincentes.

Este pequeño experimento del que hemos querido dejar constancia por la contundencia de los datos registrados en menos de media hora, tuvo como escenario un despacho de nuestra oficina. Consistió en algo tan sencillo como realizar un par de fotografías con una cámara termográfica y registrar las temperaturas de unos objetos expuestos a la luz solar. Un grupo de objetos estaría expuesto a la radiación directa de la luz y el otro grupo estaría protegido por una lámina de control solar.

En la imagen 1 se puede ver en el suelo los 6 objetos que estuvieron recibiendo la luz durante unos 20 minutos hasta que se tomaron las imágenes. Los tres que están más a la derecha recibieron la luz solar sin filtrar por la lámina y se puede apreciar exceso de brillos. Los de la izquierda estaban protegidos de la luz por una lámina de control solar y se aprecia que la luminosidad es más tenue y agradable.

En la imagen 2 los objetos de la derecha absorbían más luz transformándola en calor con mayor rapidez. De hecho, el libro estaba casi 19 grados más caliente que el otro. El rollo de cinta al ser más compacto y menos conductor no tiene tanta diferencia, “solo” 6ºC. Lógicamente el bote al contener un líquido le cuesta mucho más calentarse y en los 20 minutos que duró la prueba no se aprecia una diferencia importante, salvo en la tapa que no contiene líquido y de la misma forma que el libro, casi llegó a alcanzar los 60ºC en 20 minutos de exposición.

Las láminas son más efectivas que cualquier otro método de protección solar porque actúan de barrera en el mismo vidrio. De esta forma no dejan pasar el exceso de luz y evitan el calor. Todo lo que esté por detrás del vidrio transformará la luz en calor y nuestro tresillo, la mesa, o la librería se convertirán en radiadores y harán que la temperatura aumente de forma vertiginosa con lo que el aire acondicionado tendrá que trabajar con temperaturas más frías para poder acondicionar la estancia. Resultado: mayor falta de confort, mayor consumo energético, gasto eléctrico disparatado y más contaminación.

Y si tenemos estores que reciban la luz sin filtrar por la lámina, además de convertirse en radiadores, nos dejarán en penumbra y sin poder disfrutar de las vistas al exterior.

Gracias a Carlos García Millanes de Mediprec por habernos ayudado con las imágenes termográficas.