Unas oficinas en la zona centro de Madrid con un entorno y unas vistas impresionantes, pero de las que no podían disfrutar porque la cantidad de luz, calor y reflejos que entraban a través de las ventanas, les obligaba a tener bajados continuamente los estores.

Con esa cantidad de luz, la opción más adecuada era a la vez la más económica, pero también la más efectiva. La plata interior SILVER 20.